En Bolivia el 98% de soya es transgénica, alcanzando una superficie de 1 millón 200 mil hectáreas (datos hasta abril de 2014) en ese departamento. En el mes de abril del presente año, los empresarios de oriente boliviano en la Cumbre Agropecuaria "Sembrando Bolivia" plantearon ampliar los cultivos de transgénicos, al algodón y al maíz. "Este modelo de producción (en base al monocultivo de soya transgénica) que estos diez años se ha impuesto, se ha consolidado; va a determinar que se produzcan alimentos sin indígenas y sin campesinos; la producción de los pequeños productores cada vez va a ser más marginal, por lo tanto, está en peligro nuestra soberanía alimentaria", expresó Manuel Morales, técnico del Consejo de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ), durante el Encuentro Nacional de Semillas realizado el 25 y 26 de junio del presente.
Glifosato veneno para la Madre Tierra y la salud humana
La soya transgénica utiliza muchos agroquímicos como el glifosato (cuyo nombre comercial es Roundup) que es un herbicida cuya patente la tiene la Transnacional Monsanto. "Los efectos de los transgénicos, muchos países lo han demostrado que son bastante peligrosos. En el estudio, de un francés, que les han dado de comer a las ratas maíz transgénico y agua contaminada con el glifosato, les ha salido tumores; entonces los transgénicos es una tecnología muy peligrosa", explicó Antonio Sanjinéz, técnico de PROBIOMA, en el encuentro nacional de semillas.
El Consejo de Ayllus y Markas de Cochabamba (COAMAC) se ha pronunciado sobre las semillas transgénicas y ha organizado una campaña para denunciar los efectos sociales y ecológicos de los transgénicos.
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Suplemento Especial: Campaña contra los transgénicos by Centro de Comunicación y Desarrollo Andino