Acompañando las estrategias propias de manejo, control del territorio y los recursos naturales

“Añaskitu” p’anqa ñapis iskay chunka iskayniyuq watataña wawakunawan kawsachkan, wawakunawan kawsayninkumanta parlarikuspa, p’anqaman churamun. Kay kutipi yacharina, k’aqcha pukllaymanta, wakin chiqakunapi k’aqchataqa laq’a laq’a ninku.


1 Niñas jugando kaqchaWarmi wawas pukllayta qallarisqanku

Wasipi, yankunapi, canchaspi wawakuna posteman trapomanta manachay plástico bolsasmanta juch’uy murq’uta ruwaytawan, posteman q’aytuwan wataykunku, chapitaq uk phichqa, suqta wawakuna tantaykukuytawan murq’utaqa k’aqchanku, laq’anku kaymantaq, jaqaymantaq.

2 niñas niños jugando laqa laqa

Ñapis iskay qutupiña pukllarichkanku

Kay kutipi chaymanta “Añaskitu” qanman aparimusunki. Ángel, José Rojaswan wawakunawan parlarirqa, paykunapaqpis wasinkupi tatanku poste sayachisqa, wawasnin wawqi masisninkuwan pukllarikunankupaq. Ñawirina, pukllarikuna.

3 niñas con pelota

Ummm, warmi wawa pelota k'aqcharparin

4 niños con pelota

Qhari lluqallitus kutichinapaq wakisqaña

5 grupo de niños niñas

Iskaynin qutu sayk'urpanku k'aqcha pukllanapi.

Kay k'aqcha pukllanamanata "Añaskitu" p'anqa, Nº 97 yupaypi chararimun tukuy chayarinapaq. Kayqa chunka iskayniyuq laqhipi kachkan. Pukllaykunamanta yachariyta munaspaqa CENDA wasimanta, feriasmanta rantirikuychik "Añaskitu" p'anqata, manachay yaykuna cenda.org chiqaman, chaypi sinru "Añaskitu" p'anqa suyarichkasunkichik.

Pachi niyku Ángel, José Rojas wawakunata "Añaskitu" p'anqaman k'aqcha pukllaymanta willarisqankumanta, jinallataq tukuy wawakuna kay laq'a laq'a pukllanapi pukllarikusqankumanta.

Fotos y entrevista: Vladimir Rojas M.

Qillqan: Julia Román M.

El tarwi se conoce en Bolivia desde antes de los incas, el tarwi fue un ingrediente principal en la dieta de los guerreros incas y se les daba a los niños para asegurar que crecieran sanos (Siglo XIV). Actualmente es parte de la gastronomía ancestral y particularmente cochabambinase lo conoce también como “chuchus mut’i”.


Cultivos andinos tarwi

Tarwi 1

El cultivo se realiza en las zonas más altas a unos 3800 metros de altura, los departamentos que producen son Cochabamba, Chuquisaca, Potosí, La Paz, Oruro y en otras comunidades del país, el cultivo es una vez al año con siembras que van de agosto a noviembre y se cosecha de marzo a mayo.

Quitar lo amargo y consumo

El tarwi por lo general se consume sin cáscara, luego de la cosecha debe lavarse para quitar lo amargo, comunario nos cuenta su experiencia: “La técnica tradicional es la siguiente: se ponen a hervir granos de tarwi, agregando habas secas que indicarán el punto final de cocción. Luego el tarwi se pone en bolsas y se deja en la corriente del rio, hasta que quede sin ningún sabor amargo, esto dura más o menos una semana”.

También se puede consumir en sopas, ensaladas, salsas, jugos y en los productos derivados como la leche y harina, entre otros; ya que tiene de 41 a 51 % de proteínas, 28.2 % de carbohidratos, 7,1 % de fibra, 15 % de calcio y 10 % de hierro.

Sus beneficios

El tarwi posee un valor proteínico, por sus altos contenidos de grasa, hierro, calcio y fósforo. Su consumo es recomendado para niños en etapa de crecimiento, mujeres embarazadas para evitar diversas enfermedades.

Estos granos andinos que contienen grandes cantidades de proteínas, vitaminas y minerales son importantes para un mejor funcionamiento del metabolismo y útiles para erradicar la desnutrición.

3 mote tarwi

Producción y comercialización

El tarwi en Bolivia tiene un rendimiento medio de 637 kilogramos por hectárea, llegándose a alcanzar una producción total anual de 1.208 TM (Toneladas Métricas) en una superficie estimada de 1.895 hectáreas (INE, 2008).

La comercialización del tarwi, la realizan los pequeños productores agropecuarios a nivel familiar, llevando para la venta a las ferias más cercanas de la comunidad, siendo los intermediarios los principales compradores y los que manejan el precio de los productos agrícolas y los pequeños agricultores en cada feria enfrentan condiciones desventajosas de negociación.

Los productores del grano de tarwi, entre otros productos, están sujetos a los precios que imponen los intermediarios, por esta razón que en algunos casos los productores prefieren almacenar su producto y esperar algún incremento en los precios, el tarwi puede ser almacenado por largos periodos de tiempo, a diferencia de otros productos, entre uno a dos años ofertándolo en las ferias locales principalmente cuando tienen alguna necesidad económica o cuando los intermediarios asignan mayores precios por la compra de este producto.

Flor de tarwi

Tarwi 2

Yakun tarwiqta insecticida

Uk kuraq tata niwanchis: “Kay yaku tarwikta manchay peligroso, jallp´asninchista atinman wañuchiyta. Chay yakuwan atillanchistaq khurusta wañuchiyta”.

Fuente: Archivo, Periódico El Totoreño/ El Mizqueño (1985) – CENDA

             Revista “Apthapi”, carrera agronómica UMSA.

Elaborado: Betty Villca - UNSXX

Las ocho personas más ricas del mundo poseen tanta riqueza como la mitad más pobre de la población mundial (3,5 mil millones de personas). Se destruyen países (de Irak a Afganistán, de Libia a Siria, y las próximas víctimas pueden ser tanto Irán como Corea del Norte) en nombre de los valores que debían preservarlos y hacerlos prosperar, ya sean los derechos humanos, la democracia o el primado del derecho internacional. Nunca se habló tanto de la posibilidad de una guerra nuclear.


Los contribuyentes estadounidenses pagaron millones de dólares por la bomba no nuclear más potente jamás lanzada contra túneles en Afganistán, construidos en la década de 1980 con su propio dinero, gestionado por la CIA, para promover a los islamistas radicales en su lucha contra los ocupantes soviéticos del país, los mismos radicales que hoy se combaten como terroristas. Mientras, los estadounidenses pierden el acceso a la atención médica y son llevados a pensar que sus males son causados por inmigrantes latinos más pobres que ellos. Tal y como los europeos son llevados a pensar que su bienestar está amenazado por los refugiados y no por los intereses imperialistas que están forzando al exilio a tanta gente. Del mismo modo que los sudafricanos negros, empobrecidos por un mal negociado fin del apartheid, asumen actitudes xenófobas y racistas contra inmigrantes negros de Zimbabue, Nigeria y Mozambique, tan pobres como ellos, por considerarlos la causa de sus males.

Entretanto, circulan por el mundo las tiernas imágenes de Silvio Berlusconi dando el biberón a cabritillos para defenderlos del sacrificio de Pascua, sin que nadie denuncie que durante esos minutos televisivos miles de niños murieron por falta de leche. Como tampoco son noticia las fosas clandestinas de cuerpos desmembrados que constantemente se están descubriendo en México, mientras que las fronteras entre el Estado y el narcotráfico se desvanecen.

Como tenemos miedo de pensar que la democracia brasileña morirá el día en que un Congreso de políticos enloquecidos, corruptos en su mayoría, consiga destruir los derechos de los trabajadores conquistados a lo largo de cincuenta años, un propósito que, por ahora, los políticos brasileños parecen lograr con inaudita facilidad. Tiene que haber un momento en que las sociedades (y no solo unos pocos “iluminados”) lleguen a la conclusión de que esto no puede seguir así. Para ello, la negatividad del presente nunca será suficiente.

La negatividad solo existe en la medida que aquello que niega es visible o imaginable. Un callejón sin salida se convierte fácilmente en una salida si la pared en que termina tiene la falsa transparencia de lo infinito o de lo ineluctable. Esta transparencia, que es falsa, es tan compacta como la opacidad de la selva oscura con la que antes la naturaleza y los dioses vedaban los caminos de la humanidad. ¿De dónde viene esta opacidad si la naturaleza es hoy un libro abierto y los dioses un libro de aeropuerto? ¿De dónde viene la transparencia si la naturaleza, cuanto más se revela, más se expone a la destrucción, si los dioses sirven tanto para trivializar la creencia inconsecuente como para banalizar el horror, la guerra y el odio? Hay algo de terminal en la condición de nuestro tiempo que se revela como una terminalidad sin fin. Es como si la anormalidad tuviese una energía inusitada para convertirse en una nueva normalidad y nos sintiésemos terminalmente sanos en lugar de terminalmente enfermos. Esta condición deriva del paroxismo al que llegó el instrumentalismo radical de la modernidad occidental, tanto en términos sociales como culturales y 3 políticos.

El instrumentalismo moderno consiste en el predominio total de los fines sobre los medios y en la ocultación de los intereses que subyacen a la selección de los fines en forma de imperativos falsamente universales o de inevitabilidades falsamente naturales. En el plano ético, este instrumentalismo permite a quien tiene poder económico, político o cultural presentarse socialmente como defensor de causas cuando, de hecho, es defensor de cosas. Este instrumentalismo asumió dos formas distintas, aunque gemelas, de extremismo: el extremismo racionalista y el extremismo dogmatista. Son dos formas de pensar que no permiten contra argumentación, dos formas de actuar que no admiten resistencia. Ambas son extremadamente selectivas y compartimentadas de tal modo que las contradicciones ni siquiera aparecen como ambigüedades. Las caricaturas revelan bien lo que está más allá de ellas.

Heinrich Himmler, uno de los máximos jefes nazis, que transformó la tortura y el exterminio de judíos, gitanos y homosexuales en una ciencia, cuando regresaba de noche a casa entraba por la puerta trasera para no despertar a su canario favorito. ¿Es posible culpar al canario por el hecho de que el cariño que le tenía Himmler no era compartido por los judíos? A su vez, es conocida la anécdota de aquel comunista argentino tan ortodoxo que incluso en los días de sol en Buenos Aires usaba sombrero de lluvia solo porque estaba lloviendo en Moscú. ¿Es posible negar que detrás de tan acéfalo comportamiento no estuviera un sentimiento noble de lealtad y de solidaridad?

Las perversidades del extremismo racionalista y dogmatista están siendo combatidas por modos de pensar y de actuar que se presentan como alternativas pero que, en el fondo, son callejones sin salida porque los caminos que señalan son ilusorios, sea por exceso de pesimismo, sea por exceso de optimismo. La versión pesimista es el proyecto reaccionario que 4 tiene hoy una renovada vitalidad. Se trata de detestar en bloque el presente como expresión de una traición o degradación de un tiempo pasado, dorado, un tiempo en el que la humanidad era menos amplia y más consistente. El proyecto reaccionario comparte con el extremismo racionalista y dogmatista la idea de que la modernidad occidental creó demasiados seres humanos y que es necesario distinguir entre humanos y subhumanos, pero no piensa que ello debe derivar de ingenierías de intervención técnica, sean ellas de muerte o de mejora de raza. Basta que los inferiores sean tratados como inferiores, sean mujeres, negros, indígenas, musulmanes.

El proyecto reaccionario nunca pone en cuestión quién tiene el privilegio y el deber de decidir quién es superior y quién es inferior. Los humanos tienen derecho a tener derechos; los subhumanos deben ser objeto de filantropía que les impida ser peligrosos y los defienda de sí mismos. Si tuviesen algunos derechos, siempre deben tener más deberes que derechos. La versión optimista de lucha contra el extremismo racionalista y dogmatista consiste en pensar que las luchas del pasado lograron vencer de modo irreversible los excesos y perversidades del extremismo, y que somos hoy demasiado humanos para admitir la existencia de subhumanos. Se trata de un pensamiento anacrónico inverso, que consiste en imaginar el presente como habiendo superado definitivamente el pasado.

Mientras el pensamiento reaccionario pretende hacer que el presente regrese al pasado, el pensamiento anacrónico inverso opera como si el pasado no fuese todavía presente. Debido al pensamiento anacrónico inverso, vivimos un tiempo colonial con imaginarios poscoloniales; vivimos un tiempo de dictadura informal con imaginarios de democracia formal; vivimos un tiempo de cuerpos racializados, sexualizados, asesinados, descuartizados con imaginarios de derechos humanos; vivimos un tiempo de muros, fronteras como trincheras, exilios forzados, desplazamientos internos con 5 imaginarios de globalización; vivimos un tiempo de silenciamientos y de sociología de las ausencias con imaginarios de orgía comunicacional digital; vivimos un tiempo de grandes mayorías que solo tienen libertad para ser miserables con imaginarios de autonomías y emprendimiento; vivimos un tiempo de víctimas que se vuelcan contra víctimas y de oprimidos que eligen a sus opresores con imaginarios de liberación y de justicia social.

El totalitarismo de nuestro tiempo se presenta como el fin del totalitarismo y, por eso, es más insidioso que los totalitarismos anteriores. Somos demasiados y demasiado humanos para caber en un solo camino; pero, por otro lado, si los caminos fuesen muchos y en todas las direcciones, fácilmente se transformarían en un laberinto o en un enredo, en cualquier caso, en un campo dinámico de parálisis. Es esta la condición de nuestro tiempo. Para salir de ella es preciso combinar la pluralidad de caminos con la coherencia de un horizonte que ordene las circunstancias y les otorgue sentido. Para pensar tal combinación y, más aún, para pensar siquiera que ella es necesaria, son necesarias otras maneras de pensar, sentir y conocer.  O sea, es necesaria una ruptura epistemológica que vengo llamando epistemologías del sur.

(Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez)

pobres ricos dos

                    Foto: taringa.net

Boaventura de Sousa Santos

Académico portugués. Doctor en sociología, catedrático de la Facultad de Economía y Director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra (Portugal). Profesor distinguido de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU) y de diversos establecimientos académicos del mundo. Es uno de los científicos sociales e investigadores más importantes del mundo en el área de la sociología jurídica y es uno de los principales dinamizadores del Foro Social Mundial. Artículo enviado  Other News por el autor.

http://www.other-news.info/noticias/2017/05/se-necesitan-horizontes/#more-13173

http://www.alainet.org/es/articulo/185384.

En los últimos años en la comunidad de Chillavi (Prov. Ayopaya, Cbba), como en muchas comunidades de nuestro país, la introducción de variedades comerciales principalmente la “Waych’a”, ha provocado la erosión y reducción de variedades en el cultivo de la papa. Este fenómeno responde a políticas institucionales de empresas dedicadas al negocio de la semilla que promocionan variedades mejoradas, “certificadas” y paquetes tecnológicos dentro del modelo de monocultivos, pero también se debe al interés del mercado que en los últimos años reduce su preferencia a unas cuantas variedades.


 RECUPERACIÓN DE VARIEDADES Y REVITALIZACIÓN DE LA SEMILLA DE PAPA

Familias conscientes de este proceso que va en contra de la soberanía alimentaria, se dedican a la recuperación de variedades y la revitalización de las semillas a través del uso de la semilla botánica “mak’unku”, con el manejo de técnicas básicas y fácilmente adoptables.

PROCESO DE OBTENCIÓN DE SEMILLA DEL MAK’UNKU

En resumen, la técnica consiste en cosechar el “mak’unku” (las bayas de la planta de la papa), se deja madurar hasta que estén muy suaves, luego se las lava con abundante agua, separando la cáscara y la pulpa de las semillas, estas, se dejan secar a la sombra por 3 a 4 días y se almacenan en frascos de vidrio, en lugar seco y oscuro, para su posterior siembra.

Cosecha de makunku

Recojo de mak'unku (Abril, Mayo)

Lavado makunku

La semilla botánica de la papa se encuentra dentro de las bayas (mak'unku)

separando makunku

Lavado del mak'unku para la obtención de la semilla

semilla botánica

Semilla botánica de la papa

En un primer año de siembra y cosecha se obtendrán tuberculillos de 1 a 2 cm de diámetro, el segundo año se obtendrán tubérculos para semilla de buena calidad: sanas y vigorosas (nada que envidiar a las semillas obtenidas en laboratorios sofisticados) y el tercer año ya se obtiene papa de buena calidad para la venta.

LA SEMILLA BOTÁNICA DE PAPA INCREMENTA LA VARIABILIDAD (Genotipos)

Otra ventaja es que de una variedad de “mak’unkus” (de una parcela de Waych’a) se puede incrementar la variabilidad (genotipos) En nuestras experiencias con familias de Chillavi se obtuvieron: Una variedad con características de la planta madre, o sea Waych’a; dos variedades que aún se siembran en la comunidad, Yuraj Imilla y Pinta Boca; dos posibles variedades que ya no se siembran en la comunidad, Waca Chuchulli y Paco Imilla, y dos posibles variedades “nuevas”, lo que nos demuestra la potencialidad de la práctica para la recuperación y fortalecimiento de la biodiversidad. (El término posible se refiere a que estas variedades están en proceso de considerarse como tales para lo que deben mantener sus características al menos 7 años, y ya pasaron 5 años que no pierden las características que las identifican).

Flor de papa

Cultivo de la papa con la semilla botánica (2do. año)

VENTAJAS DE LA DIVERSIDAD GENÉTICA

La diversidad genética aumenta las posibilidades de producción de papa, se adaptan en diferentes pisos agroecológicos, cada variedad de papa tienen diferentes respuestas frente a la adversidad climática: heladas, sequías, granizadas; a plagas y enfermedades.

Los comunarios de Chillavi, van difundiendo sus experiencias por diferentes comunidades a nivel nacional, como propuesta de resistencia ante un modelo de producción basado en el monocultivo y que beneficia solo a empresarios dedicados al agronegocio en perjuicio de nuestra soberanía alimentaria.

Cosecha de papa

Cosecha de papa, luego de la siembra con semilla botánica (3er. año)

Texto: Vladimir Rojas - Agrónomo - CENDA

            Angélica Machaca – Agrónoma – CENDA

PUBLICACIONES DE CENDA: En esta cartilla leemos el testimonio de quienes manejaron ancestralmente la tierra y el tiempo con sus propias estrategias, desde sus antepasados. Fueron los alumnos del Centro de Educación “SUMA SARTAWI” (Norte Provincia de Ayopaya) los que recopilaron y procesaron la información para realizar el autoanálisis de su contexto. El texto refleja la cosmovisión andina traducida en tres idiomas: quechua, castellano y aimara, ya que la zona es trilingüe.

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