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El Centro de Comunicación y Desarrollo Andino (CENDA) entrevistó a Marcelo Lara, antropólogo orureño que estudió y convivió por varios años con los Uru Muratos del lago Poopó, nos explica toda la historia de los Urus alrededor del lago Poopó, vaticina la posible desaparición de esta cultura, provocada por la desaparición de la fuente lacustre, que era su medio de vida, espacio de reproducción cultural y territorial.

La nación indígena originaria Uru y su idioma están reconocidos por la Constitución Política del Estado de Bolivia y -según varias investigaciones- es uno de los pueblos más antiguos de América.

 Los Urus en Bolivia

En Bolivia el pueblo Uru está formado por tres grupos: los Irohito, que habitan la naciente del río Desaguadero; los Chipaya, que habitan la cuenca del río Lauca; y los Murato, que habitan la desembocadura del río Desaguadero en el Lago Poopó y la cuenca del Poopó. Son considerados por muchos antropólogos una de las culturas más antiguas de América. Los Urus se llamaban a sí mismos "hombres de agua” porque el desarrollo de su cultura se ha desenvuelto en ambientes lacustres. Los Urus, que en general se los caracteriza como simples pobladores lacustres dedicados a la pesca, también tuvieron control agrícola y ganadero de tierras en distintos niveles ecológicos fuera del ámbito lacustre tradicional, pero a lo largo de su historia poblaciones aimaras y quechuas les arrebataron gradualmente su territorio.

Los Urus marcha para defender sus tierras

Foto: wventv.develop01.entravision.com

CENDA conversó con Marcelo Lara, antropólogo orureño que estudió y convivió por varios años con los Uru Muratos del lago Poopó, él nos explica toda la historia de los Urus alrededor del lago Poopó y su futuro incierto ante la desaparición del mismo.

Urus vivían de los recursos lacustres

Marcelo Lara: “Para comenzar el lago es un ecosistema que ha involucrado a pescadores desde tiempos antiguos. Mucho antes incluso que las poblaciones aimaras y quechuas se hagan presentes en el altiplano central, estas poblaciones ya ocupaban estos espacios lacustres. Entonces estas poblaciones heterogéneas habían llegado a tener un desarrollo con la relación a la agricultura incipiente, ocupar algunos espacios terrestres, construir algunas aldeas temporales, pero una gran mayoría vivían de los recursos lacustres.

Después han venido otras corrientes culturales, los aimaras, quechuas, que han presionado sobre la población Urus y la han vuelto progresivamente lacustre, totalmente lacustre; por eso el lago siempre ha resultado para los Urus un refugio frente a todo avasallamiento que venía de otra cultura, un refugio forzado. Luego han venido los españoles y eso se ha agravado mucho más, porque los Urus han adquirido un estatus inferior dentro de esa estructura colonial.

Los Urus eran un pueblo que resistía a esa agresión, ese avasallamiento y se recluían en el lago, han vivido ahí durante años, en los totorales que eran bastante densos, donde podían construir islas de totoras; vivían sobre estas islas, y vivían de los recursos lacustres que eran diversos, aves, peces, plantas, constituían el alimento básico de los Urus y también la materia prima para sus vestimentas, sus viviendas, etc.

Inquilinos en su propio territorio

Así han vivido hasta que el lago Poopó progresivamente se ha ido secando. Se señala que hasta el siglo XVIII el lago Poopó llegaba hasta las pampas de Toledo, cuando el lago iba retrocediendo los aimaras vecinos iban avanzando cada vez sobre el territorio de los Urus, porque consideraban que los Urus eran un pueblo que solamente tenía que vivir de la pesca del lago y nos les dejaban poseer tierra. Entonces: el lago se secaba, los aimaras avanzaban; el lago se secaba, los aimaras avanzaban sobre esa zona, gran parte de las pampas de Choro, de Toledo, eran territorios de los Urus, que antes estaban cubiertos por agua y se han ido secando progresivamente; hasta que llegó un momento -según cuentan los ancianos Urus que todavía conocen su historia- que en los años 30 del siglo XX hubo una sequía bastante fuerte, la cual provocó que no haya recursos de qué vivir en el lago.

Los Urus vivían de la pesca, de la caza, y en esos momentos no había esto, por lo menos para sostener a la población; ello ha generado que los Urus se vean nuevamente obligados a salir al espacio terrestre, pero a un espacio terrestre que ya estaba ocupado por otras poblaciones, que se habían apropiado de la tierra: ellos han quedado como una suerte de inquilinos en su propio territorio; y como había una visión negativa al ser los Urus culturalmente diferentes, tuvieron que ir desplazándose alrededor de todo el lago, formando comunidades pequeñas. Pese a ello todavía mantenían un vínculo con el lago, toda su cultura está relacionada con el lago, por ejemplo toda la simbología, la espiritualidad con el lago era bastante estrecha porque todavía realizaban ritos, circuitos dentro del lago, tenían sus deidades, los “jalsuris”, etc. y también la pesca era exclusivamente Uru, incluso los vecinos aimaras consideraban que la pesca era una actividad inferior para la gente inferior, como veían a los Urus. Estamos hablando del siglo XX.

Convivencia entre Aimaras y Urus

Hasta este momento se ha ido dando esta convivencia entre aimaras y Urus en tensión: los Urus han sostenido como una suerte de resistencia de su identidad cultural, muy vinculada al lago -todavía conocidos como Muratos, que era un término despectivo e impuesto por los otros y que se ha vuelto oficial-; los Urus también resistían más las imposiciones del cristianismo, por ello se acrecentó la imagen negativa hacia este pueblo y este pensamiento ha atravesado toda la historia hasta nuestros días.

Su referente de identidad es el Lago Poopó

Cuando se secó el lago, tuvieron que convivir más con los aimaras, vivir en pequeñas porciones de tierra, aprender otras formas de vida terrestres, pero la mayor parte de su actividad era lacustre, pescando, cazando. Hasta que en los años sesenta se introduce el pejerrey, el cual ocasionó mucho interés por la actividad de la pesca, y los vecinos aimaras que antes consideraban a la pesca una actividad inferior, empiezan a trabajar en ella porque sabían que había mucha demanda por el pejerrey. Y así se van formando progresivamente las cooperativas pesqueras donde los Urus además quedan subalternados, porque ellos ya no podían pescar libremente sino se incluían dentro de una cooperativa. Todo un sistema de trabajo diferente de la pesca en el lago; la competencia por los productos de lago ya involucraba a los aimaras.

Y es así como se ha desarrollado la vida de los Urus durante mucho tiempo, en tensión no solamente con el ambiente adverso, sino por el entorno social y cultural que les generaba presión. Por todo ello llega un momento en que ellos asumen la conciencia que como pueblo diferente, su referente de identidad es el lago, porque en el lago está su historia, o por lo menos buena parte de historia: han nacido, han crecido ahí, gran parte de su cultura ha surgido del lago mismo, su relación con toda es biodiversidad, con ese medio, siempre han tenido una forma de ver la vida de diferente manera. Han asumido eso hasta que ellos han decidido no llamarse muratos, sino llamarse a sí mismos Urus del Lago Poopó, desde ese momento se han llamado “Urus del Lago Poopó”, como una suerte de reivindicarse y decir que es un pueblo diferente de los otros.

Pueblos indígenas en un mismo saco

El Estado siempre pone a los pueblos indígenas en el mismo saco a todos, no puede ver las cualidades étnicas de cada uno de los grupos ni su antigüedad, ni su historia, ni sus condiciones materiales actuales. Por ejemplo los Urus siempre van a ser un pueblo en desventaja, porque en el momento en el que el lago se va secando, hay menos recursos, ya no hay pesca, no hay caza, los Urus tienen que dedicarse a hacer otras actividades, puede ser agricultura, ganadería, pero en pequeños espacios de tierra.

Es imposible pensar que una población de 500 habitantes –por ejemplo- puedan cultivar todos y que alcance para todos o que puedan tener mucho ganado. Están en condiciones de desventaja frente a otros pueblos. Ahora con el problema del lago hay dos grupos de pescadores afectados: por un lado los pescadores aimaras de Untavi y los Urus. Habría que asumir otro tipo de tratamiento, porque asegurar la permanencia de estos pueblos Urus, que son un patrimonio etnológico de Oruro y de Bolivia. No olvidemos que los Urus son el pueblo más antiguo de los Andes.

En la actual situación de sequía en el lago, hay que ver alternativas de que este pueblo perviva en el tiempo. Esas alternativas parten sobre todo por mejorar sus condiciones materiales de vida: si ellos no tienen eso de hecho van a desaparecer, si aún perviven el lugar donde está el referente más cercano a su identidad -pese a que el lago se haya secado, aunque algún momento pueda volver a aparecer-, si ellos se van de ese lugar identitario, el pueblo Urus va a tender a desaparecer, no va a haber un elemento que los cohesione como ahora.

Entonces en las condiciones actuales sin lago, hay que buscar otras alternativas economías, solamente así se puede sostener, porque pura identidad es difícil, la gente tiene que comer, tiene que vivir de algo, entonces eso es importante trabajar con el pueblo Uru. Y el tema de la tierra me parece que es lo más fundamental.

Sequía del Lago Poopó causa migración del pueblo Uru

Si esta sequía es prolongada, los Urus de hecho van a tender a migrar a buscar otros espacios y si en el lugar no tienen tampoco alternativas de que vivir, van a migrar a otros lugares, se va a dispersar la población y va a ser un pueblo en peligro de extinción: si no se mejoran sus condiciones materiales de vida en el lugar, es un pueblo que podría llegar a desaparecer. Con el territorio va a existir todavía la comunidad, va a haber cierta cohesión social, si el pueblo tiene de qué vivir se va a quedar, eso va sostener la cultura, pero si se dispersan la cultura no se va a poder reproducir.

Escrito por: Helga Cauthin - CENDA

Visto 4746 veces Modificado por última vez en Viernes, 15 Enero 2016 11:48
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