A lo largo de toda la cuenca, se han realizado varios estudios para comprobar la preocupante problemática que vive este territorio. Estos estudios han evidenciado la dramática reducción del caudal de los cuerpos de agua, junto con niveles extremos de contaminación por la actividad minera de la zona.
A partir de esta realidad es que en agosto de 2020 se lanza la campaña “Lago Poopó es Vida”, con el fin de visibilizar la realidad del estado de los lagos Poopó-Uru Uru y la cuenca como tal.
Esta campaña fue promovida por la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente – AIDA, el Colectivo de Coordinación de Acciones Socio Ambientales – Colectivo CASA y el Centro de Comunicación y Desarrollo Andino Cochabamba – CENDA; con el apoyo del Centro de Ecología y Pueblos Andinos – CEPA, Colectivo Wasi Pacha, Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra – RENAMAT, Directorio de Cuenca de Usuarios de las Aguas del Desaguadero y Mauri – DICUADEMA, Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático, Defensoría del Pueblo Oruro, Juventud Ecologista en Acción y Agua Sustentable Oruro. Los elementos comunicacionales mostrados a continuación son producto de dicha campaña.
"A lo largo de esta campaña se han llevado a cabo seminarios virtuales, programas de radio, difusión de información en redes sociales y varias otras actividades que han logrado posicionar la problemática de la cuenca Poopó dentro de la agenda ambiental del país. La contaminación del agua, los impactos de la minería al equilibrio del ecosistema y las afectaciones a la vida de las comunidades cercanas son hechos muy graves que ya no deben pasarse por alto”. Claudia Velarde - abogada de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente, AIDA.
El delicado estado de la cuenca Poopó-Uru Uru: Una realidad que trasciende décadas
Desde hace más de 20 años que la situación de los lagos es un asunto de preocupación tanto nacional como internacional. Debido a ello y con el fin de protegerlos, estos ecosistemas han sido declarados Patrimonio Nacional y Reserva Ecológico. Pese a estas medidas, entre los años 2014 y 2015 el lago Poopó redujo su caudal a niveles alarmantes, hasta ser declarado “seco”. Desde aquel episodio el lago libra una lucha constante para evitar desaparecer, valiéndose de los reducidos caudales de entrada que recibe, debido principalmente a:
- El constante desvío de ríos: para su uso en actividades extractivas como la minería y la actividad agropecuaria. El río Desaguadero, principal aportante de los lagos, ha reducido considerablemente su caudal debido a estos desvíos.
- La actividad minera: que requiere de grandes cantidades de agua para la extracción y concentración de minerales, además de que este elevado caudal es posteriormente liberado al ecosistema en estado altamente contaminado y sin un tratamiento adecuado.
- El cambio climático: que favorece el incremento de la temperatura media en el altiplano boliviano, además de la rápida evaporación de los cuerpos de agua.
Los lagos Poopó y Uru Uru reciben cada año 3.358 toneladas de metales pesados, lo que equivale a 177 volquetas de carga.
Testimonio de la población local
El sustancial cambio en la cantidad y calidad de los lagos ha sido evidenciado por las comunidades locales
La biodiversidad como uno de los principales afectados
La declaración del lago Poopó y el lago Uru Uru como sitio Ramsar pretendió promover la protección de la biodiversidad, ya que se considera un santuario para la flora y fauna como algunas aves migratorias. Sin embargo la presencia de estas aves ha disminuido considerablemente en los últimos años.
La cuenca Poopó-Uru Uru como zona de sacrificio
A lo largo del continente, existen diferentes zonas en las que se desarrollan grandes actividades extractivas, donde el beneficio económico que generan es priorizado por los entes gobernantes aún por sobre el medio ambiente y la calidad de vida de la población.
Una zona de sacrificio es un sitio en el que se priorizan las actividades industriales y extractivas por sobre el bienestar de la población y el medio ambiente.
La cuenca Poopó- Uru uru, por sus características e historial minero, ha sido catalogada como una zona de sacrificio.
Es evidente la necesidad de actuar de manera sistemática para contrarrestar el impacto que sufre la cuenca Poopó- Uru Uru, debido al alto riesgo en el que se encuentra la población local, la biodiversidad y el ecosistema. La sociedad civil, las comunidades rurales y los actores públicos somos todos responsables de nuestro territorio, por lo que es crucial generar acciones coordinadas que generen un impacto positivo, duradero y sostenible, con el fin de asegurar la supervivencia de la biodiversidad y mejorar la calidad de vida de la población local.
Redacción: Luis H. Vildozo Guillén, Area Gestión Colectiva del Agua-CENDA.
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